Fuentes, calles y monumentos | ||||||
Resumen Noticioso | ||||||
Monumento a La Loba | ||||||
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Ciudad de Guatemala, octubre 2010/
Ayer al mediodía, bajo el flamear de las banderas de Guatemala, Italia y de Santiago de los Caballeros de Guatemala, en presencia de las altas autoridades civiles del gobierno y del ayuntamiento y con las solemnes palabras del embajador conde Folco Aloisi de Larderel: “En nombre de la Honorable corporación municipal de Guatemala y por designación del señor alcalde doctor Luis Fernando Galich, declaro solemnemente inaugurada la Plaza de Italia”, quedó incorporado a la moderna Guatemala de la Asunción, un trozo de la Roma eterna, como uno de los actos más trascendentales de la Semana Italiana que se desarrolla actualmente por iniciativa del Centro de Acción Latina, y el Comité de la Semana Italiana con la colaboración de autoridades guatemaltecas.
Dedicado muy atentamente a la Señora Condesa doña María Guicciardini de Aloisi, presidenta honoraria del Comité Colombófilo Plaza Italia.
No se escapa de la mitología la presencia de las palomas y son consideradas como símbolos de candor e inocencia, virtudes que la enaltecen para ser consagradas a Venus.
No cabe duda que las palomas figuran como las aves de mayor importancia en todo el mundo y todos los pueblos ven con simpatía a estas aves cuyo común antepasado es la especie denominada corrientemente “paloma zurita” y clasificada con el nombre científico de Columba livia, ave que antiguamente construía sus nidos en las rodas por lo que en inglés fue conocida por el nombre de Blue Rock Pigeon.
Acerca de la domesticidad de estas especies se tiene la primera noticia hace unos tres mil años antes de Jesucristo, durante la cuarta dinastía egipcia y parece ser que era alimento codiciado ya que figuraba en las listas de platos exquisitos.
La Columba livia dio origen –después de innumerables procesos de selección– a una gran variedad de palomas domésticas y el naturalista Cuvier da una apreciable cantidad de nombres, entre los que se mencionan “paloma buchona” llamada así por la facultad de hincar el buche desmesuradamente. Empero, las más conocidas son, además de la ya citada, la “paloma monjil”, la “colipava”, la “dragona”, etcétera, siendo la más notable de todas, por su extraordinaria facultad de orientación la “mensajera”, ejemplar obtenido mediante una cuidadosa selección. Su notable instinto de orientación se conoció por primera vez en 1150 al establecerse un sistema de correos en Bagdad que fue destruido en 1258 por los mongoles.
Estos últimos especímenes desarrollan intenso servicio de correos durante la revolución francesa y algunos reciben reconocimiento público a ser condecorados por los patrióticos servicios prestados a Francia. Y no pasan inadvertidos los románticos servicios que prestan, ya que pasan a ser portadoras de amorosos mensajes.
A principios del siglo pasado se inician formales registros para apurar las distancias que recorren estos famosos colúmbidos, lo que contribuyó al origen del deporte del vuelo de palomas y en 1818 los belgas se empeñan en seguir las rutas de las mismas hasta coronar con el éxito que dio como resultado el largo recorrido de cien millas, contemplándose en seguida los primeros vuelos de París a Lieja y de Londres a Bélgica. | ||||||